(capítulo quinto)
Vernos al otro día fue algo raro, hubo un silencio incómodo por un instante. Steven es un hombre de pocas palabras por lo que tuve que iniciar la charla. Le comenté lo bien que lo había pasado la noche anterior y mis deseos de repetirlo. Coincidió conmigo y eso me elevó un poco el ego. Después discutimos distendidamente algunos detalles técnicos de la pelea, le prometí mejorar para la próxima, pero me dijo que no me hiciera problema, que tomara las cosas con más calma. Con un poco de práctica y paciencia podría lograr grandes cosas.
Seguimos viéndonos regularmente, combatiendo durante las horas de la siesta en su casa cuando sus padres estaban trabajando y su hermano menor todavía no volvía del colegio, o los fines de semana por la noche en el living de mi casa mientras todos dormían, tratando de hacer el menor ruido posible. La constancia hizo que mejoráramos con el pasar del tiempo y de los encuentros. Nos enseñábamos algunos secretos de nuestras artes y aprendimos algunos movimientos secretos del otro, ahí fui yo el que más provecho sacó, Steven era dueño de una técnica impecable y no tenía problemas en compartirla. “El verdadero aprendizaje está en la enseñanza” solía decir.
Aprendí a manejar armas de combate y a defenderme de agresión directa a corto alcance, hasta llegué a ilusionarme con la posibilidad de aprender técnicas de defensa personal en situaciones de desventaja numérica, pero no pasaron de meras fantasías. También dediqué mucho tiempo a entrenarme por mi cuenta, ayudado por bibliografía especializada y videos instructivos.
Seguimos viéndonos regularmente, combatiendo durante las horas de la siesta en su casa cuando sus padres estaban trabajando y su hermano menor todavía no volvía del colegio, o los fines de semana por la noche en el living de mi casa mientras todos dormían, tratando de hacer el menor ruido posible. La constancia hizo que mejoráramos con el pasar del tiempo y de los encuentros. Nos enseñábamos algunos secretos de nuestras artes y aprendimos algunos movimientos secretos del otro, ahí fui yo el que más provecho sacó, Steven era dueño de una técnica impecable y no tenía problemas en compartirla. “El verdadero aprendizaje está en la enseñanza” solía decir.
Aprendí a manejar armas de combate y a defenderme de agresión directa a corto alcance, hasta llegué a ilusionarme con la posibilidad de aprender técnicas de defensa personal en situaciones de desventaja numérica, pero no pasaron de meras fantasías. También dediqué mucho tiempo a entrenarme por mi cuenta, ayudado por bibliografía especializada y videos instructivos.
Capítulo primero
Capítulo segundo
Capítulo tercero
Capítulo cuarto
3 Caca(s) de mono:
ya extrañaba la novela, me había quedado con las ganas de saber el final. hay un final, no?
XDDDD
otra cosa, QUE PASO CON EL REALITY???
el final está cerca...
Reality? qué Reality? NO ME PRESIONEN!
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