Este es un resumido Top 5 de las criaturas que se sitúan en eslabones superiores de la cadena alimenticia en la que me encuentro; en cualquiera de ellos puedo encontrar la muerte. Aquí están, estos son:
5- Patas de sillas, mesas, camas y/o demás mobiliario: Enemigo traicionero si los hay, ataca en plena oscuridad y aprovechando que voy descalzo. Tiene predilección por las falanges del 3er, 4to y 5to dedos de los pies, se alimenta de mis improperios atragantados al borde de las lágrimas mientras me quedo saltando en un pie y retorciéndome del dolor como un marica.
4- Abejas: Estos pequeños bichos alados (y aguijonados) se regocijan del bochorno público que sufro al empezar a pegar manotazos de damisela en apuros cuando intentan beber de mi vaso alguna bebida azucarada en un día al aire libre. Otro de sus ataques favoritos es el de posarse en las florecillas que crecen en el césped y esperar que yo las pise (descalzo) como un boludo.
3- Calvicie incipiente: Nadie me cree, sólo yo puedo verla. Es como el agujero en la capa de ozono (no porque esté creciendo en el polo de mi cabeza, por suerte), avanza lentamente y nadie lo nota... hasta que un día voy a tener que peinarme la patilla izquierda hasta la oreja derecha y ya será demasiado tarde, tendré que vivir como un ermitaño o salir a la calle con sombrero y verdaderamente prefiero la peor de las muertes (como ser comido vivo por hormigas marabuntas, por ejemplo). Para consolarme algunos dicen que uno de los factores predisponentes es el exceso de testosterona, lo cual me haría más macho y podría servirme de algo si quisiera trabajar en una gomería.
2- Radiación UVB/UVA: No es divertido ser blanquito y estar lleno de lunares. 15 minutos de exposición solar sin el protector adecuado (factor 97 o más) son suficientes para generarme quemaduras de 18vo. grado. Pasar de pálido anémico enfermizo a rojo carmesí de la tarde a la noche, evolucionar en los días posteriores a una criatura ampollada reptante y finalizar mi metamorfosis en una momia con colgajos de pellejo seco cual papiro del Mar Muerto no es la gran aventura que ustedes se imaginan... tampoco lo es tener varios números comprados para la rifa de la canasta navideña de cáncer de piel.
Y el más mortal de todos...
1- Palito de orégano: a causa de esta abominación que se esconde en la comida (pizza sobretodo), he estado cerca de la muerte en dos oportunidades. Facilitado por algún factor estructural de mis fauces y/o de mi mecánica deglutoria (supongo), el palito de orégano tiene afinidad por clavarse en mis amígdalas. Su poder aumenta a medida que digo que "tengo algo ahí que me raspa" y nadie me cree (algunos hasta me acusan de afeminado). La próxima vez que me pase quizás no sobreviva para contarlo. Poco digno sería leer en mi epitafio "Murió luchando contra un condimento (que ni siquiera era una de esas especias gourmet que cotizan a cientos de dólares la cucharada)".
5- Patas de sillas, mesas, camas y/o demás mobiliario: Enemigo traicionero si los hay, ataca en plena oscuridad y aprovechando que voy descalzo. Tiene predilección por las falanges del 3er, 4to y 5to dedos de los pies, se alimenta de mis improperios atragantados al borde de las lágrimas mientras me quedo saltando en un pie y retorciéndome del dolor como un marica.
4- Abejas: Estos pequeños bichos alados (y aguijonados) se regocijan del bochorno público que sufro al empezar a pegar manotazos de damisela en apuros cuando intentan beber de mi vaso alguna bebida azucarada en un día al aire libre. Otro de sus ataques favoritos es el de posarse en las florecillas que crecen en el césped y esperar que yo las pise (descalzo) como un boludo.
3- Calvicie incipiente: Nadie me cree, sólo yo puedo verla. Es como el agujero en la capa de ozono (no porque esté creciendo en el polo de mi cabeza, por suerte), avanza lentamente y nadie lo nota... hasta que un día voy a tener que peinarme la patilla izquierda hasta la oreja derecha y ya será demasiado tarde, tendré que vivir como un ermitaño o salir a la calle con sombrero y verdaderamente prefiero la peor de las muertes (como ser comido vivo por hormigas marabuntas, por ejemplo). Para consolarme algunos dicen que uno de los factores predisponentes es el exceso de testosterona, lo cual me haría más macho y podría servirme de algo si quisiera trabajar en una gomería.
2- Radiación UVB/UVA: No es divertido ser blanquito y estar lleno de lunares. 15 minutos de exposición solar sin el protector adecuado (factor 97 o más) son suficientes para generarme quemaduras de 18vo. grado. Pasar de pálido anémico enfermizo a rojo carmesí de la tarde a la noche, evolucionar en los días posteriores a una criatura ampollada reptante y finalizar mi metamorfosis en una momia con colgajos de pellejo seco cual papiro del Mar Muerto no es la gran aventura que ustedes se imaginan... tampoco lo es tener varios números comprados para la rifa de la canasta navideña de cáncer de piel.
Y el más mortal de todos...
1- Palito de orégano: a causa de esta abominación que se esconde en la comida (pizza sobretodo), he estado cerca de la muerte en dos oportunidades. Facilitado por algún factor estructural de mis fauces y/o de mi mecánica deglutoria (supongo), el palito de orégano tiene afinidad por clavarse en mis amígdalas. Su poder aumenta a medida que digo que "tengo algo ahí que me raspa" y nadie me cree (algunos hasta me acusan de afeminado). La próxima vez que me pase quizás no sobreviva para contarlo. Poco digno sería leer en mi epitafio "Murió luchando contra un condimento (que ni siquiera era una de esas especias gourmet que cotizan a cientos de dólares la cucharada)".
9 Caca(s) de mono:
Y el pedazo de albahaca (a veces orégano) que se queda pegado en el diente.
Ese es peligrosísimo.
Besos
Yo tengo miedo de morir desangrado y en shock debido a una arrancada fallida de pellejito limítrofe de uña.
Pero, insisto, mientras Steven Seagal exista, nadie está seguro. Podría estar a punto de matar a cualquiera de nosotros en este mismo instante.
Este post debería tener como mínimo 5 mandrilazos
Jes: ni te cuento si usás ortodoncia
Mantis: hay una póliza de seguro que podés contratar en caso de que eventualmente te encuentres con Steven Seagal, pero la cuota es tan alta que no alcanzarías a pagarla ni con todo el oro de Brunei.
Individuo: con 4 me quedo contento
Tengo que decirle la verdad: existiendo las avispas, temer una muerte producida por abejas es de persona que vio "Mi primer beso" un par de veces más de lo recomendable.
Perdón, una pregunta: vos sos yo?
No, en realidad, a mi lo que se me pega en las amígdalas son los pedacitos de albahaca.
Podriamos unirnos para luchar contra nuestros enemigos en común cual liga de la justicia. No subestimes al enemigo nro.3. Nuestros supuestos amigos pasan de decirnos "no es nada no te preocupes" a "oia, acá tenés un agujero, sabías?" cuando nos encuentran indefensos, sentados frente a la computadora, ocasión en la que tienen una vista privilegiada para observar y burlarse a nuestras espaldas a piacere.
Aprovecho la oportunidad para invitarte a curiosear mi devaneos.
Saludos
me pudiste matar de risa! pobre!
vos podrías ser yo o algun mellizo perdido.. vos el blanco yo el no tanto..
porque el orégano tiene esa facilidad de pegarse en absolutamente todo lo que sea "parte del cuerpo humano"??
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