Arte publicitario de nuestra tierra

(En realidad mía no, yo soy de Dorrego)

Todos sabemos que la megalópolis de Maipú (Mendoza, Argentina), además de ser la capital nacional del Heavy Metal, es un centro de conglomeración de creativos que está a la vanguardia de las tendencias mundiales en materia de publicidad y diseño gráfico.

Empecemos con el primer ejemplo expuesto a la derecha (a la izquierda si estás en el hemisferio norte). Podemos ver que no sólo tiene una gráfica impecable (especial mención a los pantalones del salame con el 9 dado vuelta), sino que además tiene un apoyo textual elevadísimo. La introducción nos sumerge de lleno en el clima invernal, el chiste tiene un double-punch apoteótico (enfatizado por el aumento del tamaño de la fuente y el color anaranjado, por si no alcanzamos a entenderlo) y la frase final apela a los sentimientos más nobles (¿si no, qué sentido tiene el corazón del logo que identifica mundialmente a esta multinacional?).

Esta producción se ha alzado con varios premios internacionales y representará a Maipú en el Certamen Interdepartamental de Publicidad de Guaymallén (CIPG) que se llevará a cabo el próximo 31 de setiembre en Coquimbito en el rubro Acción Social por su tarea en materia de prevención contra los efectos teratogénicos de la talidomida durante la gestación de productos lácteos y embutidos.

En esta otra joya, con distinto motivo pero igual calidad creativa y técnica, vemos que la agencia apuntó al uso de una celebrity para llevar adelante la campaña. La cara de esta producción es una especie de Jack Palance enfisematoso y tercermundista, creando un golpe de efecto que apela a la imprevisibilidad de la muerte de nuestros padres y abuelos, y que debemos retribuirlos materialmente por su afecto, devoción y entrega antes de que se conviertan en fríos cadáveres y seamos miserables por el resto de nuestra patética existencia. Esto último (lo de "patética existencia", sobre todo lo de "patética") está expresado por la oveja con la inscripción "Siglo XXI", en obvia referencia al hombre posmoderno, su falta de compromiso afectivo y carencia de pensamiento independiente.

Es una campaña realmente ambiciosa que apunta a mercados internacionales (aceptan dólares), pero sin dejar de lado su compromiso con la clase trabajadora, el cual se ve corroborado por el hecho de que aceptan bonos que ya ni siquiera siguen en circulación. Por este hecho, esta publicidad también estará compitiendo en el CIPG, ésta en el rubro "Ignorancia absoluta de la actualidad socioeconómica/monetaria del país y la provincia".

Ojalá que el talento nunca se acabe y sigan sorprendiéndonos con más de la mejor publicidad del mundo (y no sé si me estoy quedando corto).